Entrevistas // 2021-02-28
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Historia de las mujeres
"La invisibilidad alimenta el olvido"
Entrevista a una de las dramaturgas que participará en el International Art Theater Institute (IATI) durante la celebración del Mes de la Historia de la Mujer.

Silvia Navarro Perramón

El International Art Theater Institute (IATI) celebra hace tiempo el Mes de la Historia de la Mujer. En esta ocasión, el IATI presentará obras de un solo acto escritas por mujeres LatinX. El periodista Jhon Sánchez realizó una entrevista a Silvia Navarro Perramon, una de las dramaturgas, para explorar el significado de su trabajo.

Regresas a estas tierras. ¿Puedo darte una bienvenida a Nueva York? Y, por favor, háblanos de tí y de tu carrera desde que estudiaste sociología en Barcelona, hasta que estudiaste comedia, hasta ahora.

¡Muchas gracias por vuestra amable bienvenida! Es un auténtico placer volver a trabajar en New York y en el IATI Theater. Estudié Sociología en Barcelona cuando tenia unos 20 años y creo que lo hice porque quería entender mejor las relaciones y dinámicas entre personas. Creo que decidí estudiar teatro por el mismo motivo. Sé que lo que aprendí durante la carrera es la columna vertebral de mi trabajo como autora. A punto de cumplir los treinta, decidí que quería estudiar Dirección y Dramaturgia en el Institut del teatre en Barcelona. Dejé mi trabajo y me apunté a las pruebas de acceso. ¡Y entré! Al acabar la carrera tuve la oportunidad de formar parte de diferentes proyectos con algunxs de lxs mejores directorxs y autorxs catalanes, personas que me inspiraron y apoyaron para desarrollar mis propios trabajos. En 2017 formé parte del programa Cimientos de IATI y compartir el desarrollo de nuestras obras con lxs compañerxs fue una experiencia muy valiosa para mi. En 2018 recibí el Premio Ciutat de Alcoi por la obra “Un turista se suicida” una pieza sobre el turismo de masas y la gentrificación y el mismo año fundamos mi (nuestra) compañía teatral La Canina. En 2019 estrenamos dos producciones al mismo tiempo que cursaba un Master en Escritura de Comedia. El año pasado, durante la cuarentena, escribí mucho. Muchísimo. Forme parte de el Laboratorio de Escritura Teatral de SGAE donde pude compartir trabajo con autorexs españolxs maravillosxs y tambien tuve el honor de recibir el Premio Frederic Roda de Teatro por la obra “Negativos” sobre Gerda Taro y Robert Capa. ¡Ahora estoy deseando ver cuál será la próxima aventura!

Como mujer, ¿Qué temas traes en tus obras?

Por supuesto como mujer me preocupa desarrollar personajes femeninos fuertes, potentes y complejos, pero dado que estamos hablando de temáticas, creo que debo decir que el “juego” en mis obras normalmente se basa en aplicar teorías científicas o sociales a la acción dramática. Acostumbro a realizar mucho trabajo de documentación teórica antes de empezar a escribir. Por ejemplo en “94 minutos” me plantee si es posible crear el amor perfecto partiendo de estudios científicos sobre amor y en “Un turista se suicida” me documenté sobre campañas publicitarias de turismo para hablar de un turista japonés que decide suicidarse en plenas vacaciones, justo en el momento en que se supone (o le han prometido) que debería ser feliz. Tenemos un lema en La Canina donde describimos nuestro trabajo como ”jugar a sobrevivir a las pequeñas catástrofes cotidianas”

¿Crees que una obra de teatro puede provocar un cambio social e inspirar el activismo? Cuál es el objetivo de escribir una obra de teatro sobre el cambio climático?

Sí, creo que el teatro puede inspirar el activismo social, claro, pero al mismo tiempo creo que ese no es el objetivo de ““Nuestra casa envuelta en llamas”. Por supuesto el cambio climático es un tema que me preocupa, pero creo que me preocupa por igual la tendencia de los adultos de ignorar o desacreditar los deseos y preocupaciones de la juventud. Creo que es una obra sobre invisibilización. Y también como desde el mundo adulto no prestamos suficiente atención a las generaciones futuras porque solemos creer que como adultos sabemos cosas que ellos no saben todavía. O quizá se trate de una obra sobre cómo de difícil es ponerse en la piel de otro.

¿Puedes hablar del liderazgo de jóvenes como Gretta Thunberg y Malala y de cómo su trabajo está cambiando el mundo? ¿Tienes otros ejemplos de jóvenes como ellas que debiéramos seguir?

Admiro y respeto mucho el trabajo y liderazgo de estas jóvenes. También me he interesado por activistas como Marley Dias o Amika George. Pero creo que ellas son maravillosas cuando hablan de ellas mismas y de sus proyectos, así que creo que es preferible que yo no diga nada sobre ellas y les dejemos hablar. Que ellas hablen y nosotros escuchamos.

En tu obra, «Nuestra Casa Envuelta en Llamas», tenemos a tres profesoras que critican a una joven por su activismo contra el cambio climático. En relación con el cambio climático, ¿es el conflicto profesor-alumno un problema generacional? Si es así, ¿cómo influye el género? 

Creo que las profesoras no están criticando a la chica a causa de su activismo contra el cambio climático, lo que están criticando es el hecho de que se esté saltando las clases. En su orden de prioridades, el colegio es el sitio donde aprendes cosas sobre el mundo no en el mundo en si. Así que obviamente la chica y las profesoras (o al menos dos de ellas, la tercera intenta romper lanzas a favor de la chica) no quieren o no saben como intentar comprender a la alumna. Hay un debate generacional. Y a la vez hay una perspectiva de género porque se está hablando de invisibilización. De una mujer, una mujer joven. Sin ser conscientes las dos profesoras están invisibilizando a la alumna. Hay un momento en el que se habla de Rosalind Franklyn y las tres afirman que la invisibilización que sufrió es intolerable cuando de un modo inconsciente están haciendo lo mismo, están quitando valor al esfuerzo de otra mujer.

Uno de tus personajes dice: «La invisibilidad alimenta el olvido.” ¿Qué opinas al respecto?

Sí, tristemente creo que es cierto. Aprendí un montón sobre invisibilización de la mujer cuando me documentaba para ,u última obra, “Negativos” sobre Gerda Taro y Robert Capa. Capa fue un personaje inventado por Gerta Pohorylle y Endre Friedmann para poder vender a mejor precio sus fotografías. Ella se cambio el nombre  Gerda Taro y fue una maravillosa foto-periodista. Muy muy buena. Pero murió muy joven y él no hizo nada para darle crédito por su trabajo. Se quedó con el personaje. Durante mucho tiempo Capa fue el tótem del foto-periodismo y a ella nunca se la mencionó.  Al buscar un poco te das cuenta que esto mismo les ha pasado a muchísimas mujeres. Trabajaron duro, triunfaron y la historia las ha borrado. ¿Por qué? ¿Por qué han sido apartadas? ¿Por qué hay tantos nombres de hombres en los libros de historia y tan pocos de mujeres?

¿Puedes hablarnos de Rosalind Franklyn y de por qué ha introducido su historia en la obra? ¿Estás llamando la atención sobre la interrelación entre la crisis del cambio climático y la discriminación sexual?

Lo mismo que le pasó a Gerda Taro le sucedió a Rosalind Franklyn. La invisibilizaron. Por eso aparece también en la obra. Era una mujer brillante, merecía ser escuchada. Como Greta y otras tantas mujeres que están alzando sus voces. Escuchémoslas. Demos valor a sus palabras.

¿Su próximo proyecto tiene el mismo tono social y político? ¿Escribes porque quieres tener un impacto político?

No, no escribo pensando en que mis obras vayan a tener un impacto político, de ningún modo. Jamás se me ocurriría describir mis obras o mi trabajo como político. La política me asusta la mayoría de veces. ¿Qué si hay algo de política en mis obras? Sí. Al final hay política en todos los aspectos de la vida, en todos. Pero mis obras son, como decía antes “supervivencia ante pequeñas catástrofes”. Mi próximo proyecto es terminar una obra sobre el síndrome del impostor. Creo que será una obra un poco loca. Una especie de road movie.

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